Te presentamos nuestra sección de perfiles. En esta ocasión mostramos algo más de la vida y anécdotas de uno de nuestros Consejeros Nacionales.
Víctor Celestino Villón Molina con 33 años es miembro de nuestro movimiento desde 1990 y actualmente es parte del Distrito Santa Elena. Abogado de profesión nos cuenta que lo que más disfruta de ser Scout es poder construir un mundo mejor, ayudar a los demás sin esperar recompensa y formar buenos jóvenes para el futuro de la patria
Para conocer algo más sobre sus experiencias le formulamos varias preguntas.
¿Que le pareció la actividad SIN DEJAR HUELLAS?
Una de las mejores experiencias que como dirigente he vivido juntos con los lobatos scouts caminantes, rovers y mis compañeros dirigentes demostramos que los scouts dejamos el mundo en mejores condiciones que lo encontramos
¿Cómo cree que el movimiento podría crecer en su provincia?
Con jornadas para expresar lo que es ser un scout, que no es solo ir de campamento sino también ayudar a cuidar nuestro planeta que es único.
¿Cómo cree que un Consejero Nacional aporta al movimiento?
Somos el medio directo de contacto con los grupos y distritos ya que atrás vez de nuestras gestiones de visitas vemos las necesidades de ellos y podemos facilitar sus requerimientos
¿Una anécdota?
Hay varias pero el expresar el trabajo en equipo ha permitido que mi distrito sea reconocido como lo que es, un distrito de trabajo. Esa experiencia de vida la aprendió cuando estaba pasando mis pruebas de segunda clase cuando era scout, éramos siete jóvenes de distintos grupos y patrullas en el año de 1993 cuando fui de campamento distrital a la represa Velazco Ibarra en el cantón Salinas. En ese entonces tuvimos que caminar desde el lugar de campamento sin ninguna clases de víveres y dar la vuelta a la península saliendo del lugar de campamento con destino a San José de Ancón, Tambo, Santa Elena, la Libertad y de regreso al campamento, recuerdo que salimos a las 00h00 y regresamos 6h00 antes de la calistenia. En el camino teníamos que traspasar muchos obstáculos solo llevamos nuestras mochilas con la ropa sin linterna sin machete ni navaja pero el trabajo en equipo hizo que lleguemos al campamento ya que la prueba era salir todos juntos y llegar juntos. Una vez que llegamos al campamento nos recibieron nuestros grupos y patrullas para la investidura de scouts de segunda clase, que orgullo tuve ese día ya que mi grupo era el Kennedy 4 (k4), después de ese campamento mi grupo cerró las actividades en el colegio que yo estaba y el grupo Península III me abrió las puertas, desde ese entonces sigo en ésta gran hermandad.